Traducción de Sofía Gellon y Aymará Boggiano
Hoy, las mujeres y la medicina en el viejo mundo. La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Houston y el Departamento de Estudios Hispánicos presentan esta serie sobre las máquinas que mueven nuestra civilización, y las personas cuyo ingenio las creó.
Sabemos que en la antigüedad se practicaba una medicina bastante elaborada. Generalmente el conocimiento médico era transmitido a través de la experiencia práctica. Existen pocas fuentes escritas hasta el año 400 A.C., fecha en el cual los médicos hipocráticos finalmente escribieron el primer libro de texto de medicina.
Esos libros nos informan que las mujeres participaban activamente como doctoras. Era una de las pocas libertades que tenían, pues las mujeres griegas ni siquiera podían asistir a reuniones p&ucute;blicas. Sin embargo, si atendían partos y hacían curaciones. En parte era una cuestión de estatus, algunas mujeres de la aristocracia aprendían y practicaban la medicina.
Hipócrates no aceptaba mujeres en su principal centro de investigaciones en la isla de Cos, pero administró otra escuela en Asia menor. Allí, las mujeres podían estudiar ginecología y obstetricia.
Después de la muerte de Hipócrates, los legisladores de Atenas descubrieron que las doctoras hacían abortos. Entonces prohibieron que las mujeres practicaran la medicina e impusieron la pena de muerte para las trasgresoras. Desde aquel momento, este tipo de situaciones tiende a repetirse en forma cíclica.
Después de esto, las griegas empezaron a perder acceso a la atención médica. Por pudor, a las mujeres les resultaba difícil tratar sus problemas con médicos hombres. La muerte comenzó a aumentar entre las griegas.
Más tarde, en el año 300 A.C., una mujer ateniense llamada Agnódice se disfrazó de hombre y fue a la gran Universidad de Alejandría. Regresó con el mejor entrenamiento médico de la época y estableció una práctica especial para atender mujeres.
Los otros doctores estaban celosos, y aunque todavía pensaban que Agnódice era un hombre, la acusaron de abusar de sus pacientes mujeres. Entonces ella reveló que era mujer. Al hacerlo tuvo que enfrentar el cargo de pena de muerte, ya no por abusar a las mujeres, sino por practicar la medicina.
Así que un grupo muy bien organizado de mujeres atenienses fue a reclamarle a los jueces. Ellas dijeron que matar a Agnódice era como matarlas a ellas mismas, pues muchas morían por falta de tratamientos.
La protesta funcionó. Los jueces liberaron a Agnódice y la dejaron practicar la medicina. También revocaron la ley, pero con la condición de que las mujeres solo pudieran atender a otras mujeres.
De ahí en adelante, las mujeres fueron una poderosa fuerza en la medicina griega. Su influencia se extendió hasta Roma. La próxima ola de represión no empezó hasta el siglo V y luego el ciclo se repitió, pero esta es una historia para otro día.
Les habló Aymara Boggiano en otro episodio de las "Invenciones de la Inventiva" de John Lienhard en la Universidad de Houston, donde nos interesa el proceso de la mente inventiva.
(Tema musical)
Alic, M., Hypatia's Heritage. Boston: Beacon Press, 1986, Chapter 2.
Referencias del traductor:
En el blog "Enroque de ciencia" se presenta un artículo sobre Agnódice. Enlace
He aquí un artículo sobre Agnódice que aparece en el sitio web. Enlace
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