Traducción de Gabriel Barbieri y Aymará Boggiano
Hoy fantasía, realidad y submarinos. La facultad de Ingeniería de la Universidad de Houston y el Departamento de Estudios Hispánicos presentan esta serie sobre las máquinas que mueven nuestra civilización y las personas cuyo ingenio las creó.
En el año 1870, Julio Verne escribió acerca de su Nautilo en Veinte mil leguas de viaje submarino. Fue un gran cuento lleno de exageraciones, pero ya para ese año bastantes submarinos habían sido construidos. Uno hasta había hundido un barco enemigo durante la Guerra Civil Americana.
El sueño de recorrer las profundidades del océano es tan antiguo como impactante. Le da vida a la leyenda de la Atlántida y ha nutrido la literatura de cualquier periodo. Los griegos y los romanos escribieron acerca de las campanas de buzo, como también lo hicieron los escritores medievales. Un inventor inglés describió un submarino viable en 1578.
Un inventor holandés finalmente construyo varios submarinos impulsados a remo a comienzos de los 1600. Ya para los 1700s Inglaterra había concedido 14 patentes para submarinos. Durante la Revolución Americana, Bushnell creó su submarino “La Tortuga” e intentó hundir con él un barco británico. Para ese entonces, contaba con una tecnología ya establecida. “La Tortuga” era propulsado manualmente, como también lo fue el de Fulton unos años mas tarde.
Cuando el ingeniero alemán Wilhelm Bauer fabricó dos grande submarinos en 1850, todavía también eran de propulsión humana. Bauer le vendió sus máquinas a los rusos y lo hizo con gran sentido teatral. En 1856, le añadió una pequeña orquesta a uno bajo puerto de Kronstadt. Aquel día las tripulaciones de los barcos anclados allí escucharon el himno nacional Ruso brotando de las profundidades del océano.
Por un tiempo, los ingenieros de submarinos intentaron usar una máquina de vapor, pero el fuego consumía aire a una velocidad terrible: o se jalaba aire de la superficie mediante una tubería o se acumulaba vapor en la caldera, y se impulsaba con el fuego apagado. A pesar de que esto nunca funcionaba por más de unos minutos, el ejército Confederado construyó una serie de submarinos de 15 metros de longitud, en forma de cigarro e impulsados a vapor. Sin embargo, fue la tripulación del Hunley Confederado de propulsión humana quienes hundieron el balandro de la Unión Housatonic en 1864.
Los submarinos prácticos tuvieron que esperar la invención de las baterías compactas y los motores eléctricos. Después de que los franceses comenzaron a usar esa tecnología alrededor de los 1880s, no tardó mucho para que el sueño de Julio Verne se convirtiera en una pesadilla. En pocos años, las barbaridades de la industria de transporte marítimo ya eran rutina de guerra.
Pero el sueño resucita cuando los submarinos convierten la memoria del naufragio del Titanic en una realidad – cuando tú y yo podemos viajar por paisajes nunca antes imaginados. La mayor parte de la superficie de la tierra y también la mayoría de sus habitantes viven en este mundo fantástico. De verdad nos veríamos empobrecidos si ese gran misterio no fomentara el espíritu de riesgo e invención.
Les habló Aymará Boggiano en otro episodio de las Invenciones de la Inventiva de John Lienhard, en la Universidad de Houston, donde nos interesa el funcionamiento de la mente inventiva.
(Tema musical)
Encyclopaedia Britannica article on Submarines.
Jensen, A., Why the Best Technology for Escaping from a Submarine is No Technology. American Heritage of Invention and Technology, summer 1986, pp. 44-49.
Referencias del traductor:
La página “En Las Redes del Tiempo” de Radio Red FM de México tiene un recuento de la histora de los submarinos con fotorafías del diseño de Bourne y de La Tortuga
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Sidoli, O. Historía y Arqueología marítima, Prehistoria del Subamrino, Siglo XVII( otra página con la Historia de los submarinos)
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